La vida sin un centro

Life without a Centre

Despertando del sueño de la separación Por Jeff Foster

Introducción

Todo el mundo es un escenario, y todos los hombres y mujeres meramente actores

-Shakespeare

Esto es todo lo que hay, a pesar de que de mil maneras distintas pasamos la vida buscando algo más.

Y qué es esto?

Lo que vemos ahora, los sonidos y los olores presentes, los pensamientos de este momento. Las memorias del pasado que ocurren ahora, las ideas de lo que podría deparar el futuro que aparecen ahora.

Ideas presentes de querer acabar con los problemas, o de obtener una iluminación espiritual o de querer despertar. Ideas presentes de si mismo, de mi, o yo o mi difícil vida y todos sus problemas. La respiración que ocurre ahora, el latido del corazón que ocurre ahora, las cuentas del gas apiladas ahora sobre la mesa de la cocina, el maullido de gato ocurriendo ahora, los actuales gritos de los chicos afuera en la calle, el dolor actual en el pecho, la añoranza que tengo ahora por alguna cosa: “algo más que esto”, la sensación de frustración que siento ahora por no dar en la tecla, el deseo actual de estar libre de todo esto.

Observa al niño al jugar. Pareciera que para ellos esta vida es un gran juego, un lugar de juego gigante donde todo fascina, y parece haber poco deseo de escapar de la vida y todos sus problemas, de moverse hacia alguna dimensión más elevada o “espiritual”.

Como adultos, sin embargo, pareciera que pasamos mucho tiempo tratando de escapar del juego de la vida y de todo el sufrimiento que “ser una persona en el mundo” inevitablemente implica. Bebida, drogas, sexo, dinero y meditación son métodos de escape comunes, y por supuesto existe mucha espiritualidad tradicional y contemporánea que está más que feliz de proveer a ese deseo de escapar. Sin embargo, al hacerlo, la idea de que hay de hecho un individuo quién podría escapar del dolor en primer lugar, o incluso hacer algo en absoluto, es inevitablemente reforzada.

En este libro se sugiere la posibilidad de que existe únicamente, siempre, la apariencia presente de la vida, sin ningún individuo al centro que jamás pudiera escapar incluso si lo deseara. Efectivamente, el individuo no es más que otra apariencia en la escena, no algo que necesite ser aceptado o rechazado, trascendido o negado, sino simplemente algo que aparece, junto con las demás visiones, sonidos, olores, pensamiento y sentimientos.

Este mensaje es tan simple, tan obvio. El individuo (el buscador, el sufriente, el fabricante de velas) * simplemente aparece como una parte más en la actuación de la obra de la vida. Y con él puede aparecer el deseo de escapar de la vida, pero también es una mera apariencia, una parte más de la narrativa.

Y todo esto está perfectamente bien; nada de esto necesita ser aceptado o rechazado, trascendido o negado. El sufrir esta bien, buscar alguna clase de iluminación espiritual o liberación esta bien, precisamente porque no hay nadie allí a quién le pase cualquiera de esta cosas en primer lugar. “Una persona al centro de todo esto” es tan solo otra apariencia, otra creencia, otra parte de la historia.

Pero no me malinterpreten, no estoy diciendo que debamos deshacernos de nuestras creencias. Las creencias están bien, y la necesidad de destrucción o de trascendencia de las creencias sería tan solo otra creencia de cualquier modo. Y entonces, este libro No ofrecerá al individuo – es decir Tú – ninguna nueva creencia, ni intentará destruir las presentes. Nada necesita jamás ser negado o rechazado para que la liberación sea, porque en este momento, mientras la vida se desenvuelve, siempre hay ahora mismo liberación, y cualquier cosa que hagamos para alcanzarla es sencillamente equivocada, y aún así perfectamente aceptable.

Ahora mismo nadie está realizando este show, ahora mismo nadie está sufriendo, y ahora mismo nadie anhela estar libre. Simplemente hay la apariencia de todo esto.

Simplemente esto, y nada más. Es tan simple, tan obvio.

Más allá de la creencia o su carencia, más allá de cualquier cosa que la palabras pudieran jamás decir, más allá de todos los más allá, siempre hay esto, ahora y por siempre.

Y ni siquiera el reconocimiento o entendimiento intelectual de nada de lo recién dicho es necesario para la liberación, como tantas veces se nos dice. Ninguna de estas palabras necesita ser entendida; no hay nada que conseguir, nada que trascender, nada que lograr.

El no poder entender, el no dar en la tecla, el no lograr: estas son nada más que otras apariencias en obra de la vida, ni peores ni mejores que sus opuestos.

Todos los opuestos terminan en esto.

· Del folklore Británico: Hey! rub-a-dub, ho! rub-a-dub, three maids in a tub, And who do you think were there? The butcher, the baker, the candlestick-maker, And all of them gone to the fair.

Para más sobre Jeff Foster: http://www.lifewithoutacentre.com/

Nota del traductor: Esta introducción refleja fiel y completamente el contenido del libro, a falta de disponibilidad de más tiempo para traducirlo en su totalidad es que ofrezco esta introducción sabiendo que vas a querer más y que en realidad no hace falta :-)

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